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VINCENT VAN GOGH (Pintor) (1853-1890)
Perteneciente al grupo de grandes maestros de la historia del arte, la obra de van Gogh sentó los precedentes para la pintura del siglo XX, al igual que la de sus colegas Cézanne y Gauguin. Más osado que los impresionistas, el holandés llegó a expresar sus sentimientos a través de una representación de la realidad totalmente subjetiva.
Díficil de categorizarlo, su obra admite una clasificación cronológica como postimpresionista. Además de trabajar en las filiales de Londres y La Haya de la compañía de arte Goupil & Cia., van Gogh también ejerció la profesión de su padre, pastor laico, en Bélgica y algunas ciudades de Inglaterra. Finalmente, en el año 1880, decidió abandonar sus antiguas profesiones y dedicarse a la pintura, para lo que se trasladó a París. Allí, gracias a su hermano Theo, que trabajaba como comerciante de arte, pronto realizó fructíferos contactos.
Al conocer la obra de Toulouse Lautrec, Pissarro y los demás impresionistas, la obra de Van Gogh, hasta ahora sombría y melancólica ("Comedores de patatas"), sufrió un cambio radical. También se interesó por los grabados japoneses con sus escenas urbanas. El pintor holandés comprendió entonces el objetivo de sus cuadros. Su paleta de colores se extendió hacia tonalidades estrepitosas. Tonalidades, que más que la naturaleza, expresaban el estado de ánimo del artista en el momento de captarla, ondulaban sobre la tela. El color como medio de comunicación, algo que luego llevarían hasta sus útlimas consecuencias fauvistas y expresionistas.
En el año 1888, van Gogh se instaló en Arles para poder contemplar de cerca los matices de la naturaleza. A fin de año llegaría a acompañarlo Gauguin, ambos serían ayudados por Theo para subsistir. Pero la convivencia de ambos temperamentos fue nefasta y Gauguin se marchó despues de que el holandés se cercenara el lóbulo de su oreja y lo regalara a una prostituta amiga de ambos. De esa época datan sus famosos cuadros de interiores, aunque debe decirse que van Gogh nunca dejó de lado la temática del trabajo en el campo, un tema por el que admiraba a Millet. No pasó mucho tiempo hasta que el pintor cayó preso de un ataque de nervios y fue internado en el asilo de Saint Paul en Saint-Remy. Sin embargo su actividad allí no cesó, pintó alrededor de doscientos cuadros en 19 meses.
Paradójicamente éstas son sus obras más asombrosas y geniales: "Los girasoles" y "Los lirios", por citar algunas. Al salir del asilo el pintor recibió la noticia de que su pintura era ponderada en París. Un año después se suicidaba. Actualmente sus obras cotizan en el mercado del arte en cifras astronómicas.
©AlphaBetum Multimedia
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